CAMINO INTERIOR: SIGUIENDO A JESUCRISTO
Jesús con su Vida, su Enseñanza, su Ejemplo, nos muestra la manera en que podemos liberar nuestras almas de las ataduras engañosas del mundo, lo que nos llevará a la Resurrección. Ejemplifica los distintos estados de conciencia por los que tenemos que pasar todos los seres humanos en nuestra última encarnación, para que podamos salir de la rueda de la reencarnación: será nuestra propia Resurrección. No es exactamente un programa lineal, pero sí sigue cierto orden secuencial, adaptado a esta dimensión en la que nos encontramos de espacio-tiempo, para nuestro mejor entendimiento.
Los distintos estados de conciencia son:
1- Nacimiento en Belén.
2- Bautismo.
3- Transfiguración.
4- Crucifixión.
5- Resurrección.
1- Nacimiento en Belén.
Es el nacimiento espiritual. La persona siente que necesita algo más de lo que el mundo material le ofrece. Es una especie de despertar, de toma de conciencia del sufrimiento que existe. Ahora el dolor no está sólo fuera, también le duele a ella dentro.
Se siente la necesidad de comprender el por qué de la vida, el sentido de la existencia.
Son momentos muy delicados, en los que se puede tomar el camino equivocado. Muchas personas quedan atrapadas en sectas, drogas, o comportamientos destructivos, para llenar ese "vacío" doloroso, no conocido por la persona hasta estos momentos, en los que algo "raro" está pasando dentro de ella.
Para lograr avanzar hacia el siguiente estado, se debe hacer una apuesta real de cambio, empezando por uno mismo. Si mejora su propio granito de arena, mejora un granito de arena también el mundo. Esa necesidad de ayudar tiene que ponerla en práctica.
Este nacimiento coincide con el despertar de la energía kundalini. La energía comienza su labor de purificación y desbloqueo, con lo cual también esas molestias que son características de esta etapa.
2- Bautismo:
La persona se ha desbloqueado lo suficiente para sentir y entender lo que el Padre le ha estado “diciendo” siempre, pero que ella no podía “oír”: “Tú eres mi hijo amado”.
Es un sentimiento muy fuerte, la certeza interna del Amor incondicional del Padre hacia ella.
Es un “Toque” de Dios inconfundible.
La persona se siente renovada, renacida para continuar con nuevas fuerzas el Camino.
Con esta nueva conciencia se encajan muchas cosas, se “atan muchos cabos”. Pero también ahora se debe pasar por un período de aridez, desértico. La persona no es ecuánime y se debe asimilar la fuerte experiencia.
Es un período en el que se aprende a aceptarse en nuestra totalidad humana y divina. Este proceso, lleva su tiempo, no se puede realizar de la noche a la mañana, sería un autoengaño.
El fuego de la energía kundalini ha hecho la suficiente limpieza para poder salir por el chakra de la coronilla. Ahora el Espíritu de Dios tiene el canal abierto para intervenir directamente.
“El os bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano el bieldo, para aventar su parva y llevar el trigo a su granero; y quemará la paja en el fuego inextinguible”. Lucas 3 ( 16,17 ).
3- Transfiguración:
El caminante se ha esforzado y trabajado interiormente en el autoconocimiento (trabajo que debe continuar) y en discernir lo que es Real y lo que es el falso ego. Entre lo que es el espejismo de la personalidad y el Ser silencioso.
Es como destapar el disco duro del ordenador, e ir examinando todos los programas, para ver los erróneos de los que no lo son, y ese disco duro dejarlo apto para que procese correctamente la información que reciba y emita.
Gracias que ahora, para ello, siente y reconoce la “Voz “ del Espíritu que lo va a conducir a esta criba del trigo y de la cizaña: “Yo Soy en ti la Verdad y la Vida”.
4- Crucifixión:
Desde ese sentimiento de “Yo Soy”, el caminante se dispone voluntariamente, no sin resistencias ( Getsemaní ), a entregar la cizaña de la personalidad, el espejismo, en las manos del Ser, de Cristo.
Es el momento de la transmutación, de la alquimia, del cambio de la oscuridad por la Luz.
De entregar el cáliz para que sea llenado de Dios. Son las bodas del Alma con el Espíritu.
6- Resurrección:
Despierta el alma totalmente de la manera en que se puede despertar en este mundo. El trabajo de identificación con la Realidad, ha dado sus frutos, aunque haya que seguir vigilante mientras se camine por la Tierra. Se ha aprendido a vencer el miedo tolerándolo, se ha comprendido el pánico que produce el instinto de conservación más básico, más animal, más irracional, y se ha adquirido la maestría para traspasarlo.
De vez en cuando vendrán ráfagas de miedo, pero ya el amor es más fuerte y el caminante ha aprendido a transmutarlas.
Ahora mira y contempla la personalidad, con toda su gama de pensamientos y emociones, sin asustarse, no tiene que reprimirlos, ni luchar contra ellos, son sólo espejismos...terminarán diluyéndose en la nada.
El caminante reposa su cabeza en el Padre, descansa en el momento presente, ha aprendido que no existe otro momento más real que el AHORA.
El tiempo de Dios es presente: YO SOY.
Reina el Amor Universal.
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