EL FIN DEL MUNDO
El fin del mundo comienza con el nacimiento espiritual ( Nacimiento en Belén ) .
Se comienza a tomar conciencia de todo el dolor, del caos, de la enfermedad, de la muerte.... Se comienza a preguntarse por el sentido de la existencia, del por qué del sufrimiento...,un montón de preguntas se agolpan en nuestro interior. Tenemos una necesidad imperiosa de comprender...,ahora no nos bastan las viejas enseñanzas. Necesitamos renovarnos, adquirir un nuevo sentido de vida para poder seguir..., porque ahora el dolor no está fuera y no es sólo de otros, sino que lo sentimos dentro nos duele "en nuestras carnes", y nosotros tenemos la necesidad de hacer algo...,de aliviarlo como sea.
Finaliza el mundo tal y como lo concebíamos antes, ya nunca se vuelve a ver con la vieja mirada. El Espíritu ha nacido dentro de nosotros y nos demanda un cambio interno. No es el mundo el que tenga que cambiar, sino la percepción que nosotros tenemos de él. Es una tarea que requiere mucho trabajo y tribulación, como nos advierte Jesús:
"En el mundo tendréis tribulaciones; pero confiad: Yo he vencido al mundo" (Juan 16)
El fin del mundo conlleva conocer y sacar la sombra inconsciente, haciéndose consciente de ella y sanarla mediante su aceptación comprensiva.
Todos llevamos una sombra en lo más profundo de nuestro ser. Es esa parte oscura y negativa de nosotros mismos que no nos gusta reconocer, que reprimimos y preferimos proyectar sobre el mundo exterior. El peligro es que puede rebotar y volverse contra nosotros enfermándonos. Debemos confrontarla, sacarla a la luz. Esto libera la energía que antes necesitábamos para reprimirla y posibilita el crecimiento psíquico que nos hace más completos.
El bien y el mal son dos aspectos de una misma persona que pueden conciliarse mediante el Amor. La sombra representa la parte no sagrada, animal e instintiva, que se sale de las normas y cánones de la perfección. Como no queremos verla en nosotros la proyectamos fuera, a otros. Esto nos ayuda a podernos considerar limpios, inocentes, justos. Es el otro el "malo", el imperfecto.
Cuando es reconocida y aceptada (cosa más difícil de lo que parece), la sombra puede cambiar, por el Amor, de fuerza negativa a positiva.
No hubiese sido posible hacernos concientes del Ser sin experimentar la inarmonía de la división que supone la dualidad. Dios es Todo. La separación no existe.
El fin del mundo es reconocer los opuestos, de su interacción y finalmente integrarlos bajo el amor incondicional del Ser.
Por todo ello el fin del mundo concluye, cuando ya no juzgamos, porque el Ser no juzga sólo observa silencioso y ama. Ha resucitado en nosotros.
Este es el Apocalipsis por el que debemos pasar todos los seres para salir del mundo de la ilusión, de la dualidad, del enfrentamiento y posterior integración de fuerzas opuestas que están dentro de nosotros. Son momentos verdaderamente duros para el ser que los está viviendo, por ello las connotaciones de miedo con que se nos ha trasmitido. Pero igualmente son momentos sagrados llenos de esperanza. Esperanza de aquel que sabe que a pesar de la "lucha", del trabajo interno, de pasarlo muy mal en ocasiones, vuelve de regreso a "Casa", ese sentimiento de certeza lo acompaña hasta que todo esté concluido. Hasta que la Realización de su Ser se manifieste.
Se trata de la última encarnación, ya no será necesario volver más, el Apocalipsis se habrá realizado individualmente. Se habrán pasado tiempos duros, pero la Resurrección merece la pena. Resucitar y Ascender con nuestro Señor, nuestra Meta Eterna.
Ahora no hay nada que juzgar.
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