jueves, 12 de junio de 2008

PELIGROS DEL CAMINO ESPIRITUAL

ALGUNOS PELIGROS DEL CAMINO ESPIRITUAL



- La tentación de la soberbia, deberá mantenernos alerta, porque va a ser una compañera de camino tenaz. Deberemos someternos, frecuentemente, a autojuicios, para mantenernos como la última medida y contrarrestar la tendencia de sentirnos referencia. La soberbia es la que nos lleva hacia “la caída” fruto de la separación, en el relato bíblico.
- Puede que en un determinado momento del camino sintamos una experiencia fuera de lo común, una especie de “contacto” divino. Esto nos sirve como motor de la búsqueda, pero encierra el peligro de que quedemos enganchados a dicha experiencia, esperando que se repita otra vez y desanimándonos porque no ocurre así.
- Algunas veces (como ocurre en las crisis de kundalini) esta experiencia cumbre no puede ser asimilada y desorganiza a la persona.
- No es lo mismo el aprendizaje intelectual y lo que es la práctica espiritual. Se puede haber asistido a un sin número de cursos, haber leído muchísimos libros sobre temas relacionados con la espiritualidad, pero si no se incorpora a la vida como ejercicio cotidiano, no es más que un almacenamiento mental a modo de enciclopedia teórica para darse el “pego” personal.
- Complejo de maestro.
- Ser conscientes que el camino de purgación y purificación del yoga, puede traer desequilibrios psicofísicos, como describe Gopi Krishna.
- Apego a escuelas, maestros y grupos.
- Peligro de caer en las redes de sectas que proclaman caminos rápidos y fáciles, o de otro tipo.
- La ilusión del poder personal que se da en el “complejo de avatar” (patología difícil).
- Falsa ilusión de santidad, con lo cual se cae en una actitud integrista, porque no se reconoce ni acepta la “sombra” propia.
- “Noche oscura del alma”, períodos áridos en los que no se logra contactar ni sentir la visión del Ser.
- Prácticas espirituales como escapismo de nosotros mismos (actitudes compulsivas).
- Es muy fácil extraviarse por este territorio de búsqueda espiritual. De ahí, nuestra continua vigilancia, discernimiento, y sentido común.
- No olvidarnos, de que a pesar de ser seres espirituales en esencia, ahora estamos en el mundo y no podemos evadirnos de él, sino conjugar sabiamente nuestro camino interno y externo: pisar tierra.
- Recordar frecuentemente, que somos los brazos, las manos de Dios, El puede hacer una caricia, una palabra, un cuidado, un pensamiento…a través de nosotros.
- Tener presente siempre que el camino espiritual es como el mito de la Hydra de Lerma: le cortas una cabeza y aparece otra.
- Los dragones del miedo siempre estarán ahí, acechando, oponiéndose a nuestro caminar y disfrazándose de mil maneras para confundirnos y hacernos desistir.
- No rendirse, aunque a veces el camino se ponga difícil, esto es una carrera de fondo y lleva su tiempo realizarla. Es una camino de batalla con nosotros mismos, cuando nuestra naturaleza inferior, el viejo Adán, se resiste (Getsemaní), a cambiar el viejo modo de pensar.

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